Un beso

Invita la tarde a ser descrita. La de dos despreocupados. La de dos personas que se han gustado. Dos relojes que día, hora y minuto habían acordado y que justo ahora… todo han olvidado.

No debe ser cualquier tarde. Se saben por lo que han pasado. Estaciones y telediarios, ¿años? El día daba paso a la noche… unos más… otros menos, pero siempre duraderos, pero siempre buenos.

Muy a su pesar, él, asustado… ¿Tanto tiempo en vano? ¿Hasta aquí hemos llegado? ¿Aún no la he descifrado?

A un segundo más tarde ella una sonrisa había dibujado y justo entonces él … ¡anonadado!

Charla desmedida, nervios amenazando, corazón descontrolado…

Un sol con luz de ocaso, un azul anaranjado, un cielo violeta y ellos, desarmados…

Labios rojizos, mofletes ruborizados, un paseo de la mano, un parque abandonado…

andando y andando, tomados de la mano…

de un momento a otro todo habrá acabado

andando y andando, el uno con el otro a su lado…

…

y ahora… llegado el momento… ¿quién habrá arriesgado?

tus ojos se han cerrado, los míos un poco han llorado, nunca nadie habría pensado que besar fuese tan complicado y es que

un beso legal nunca vale tanto como un beso robado.

…

¿Mas has visto quién va a su lado? Ni las hojas ante ella se han postrado. Y si el frío quemase, y si la luz helase, siempre encontraría en ella dónde cobijarse.

Madura ella, él ordenado, ella es fuerte y él, sigue soñando… pero hoy… ¡vaya dos locos se han juntado!

Es que para el beso, la nariz y los ojos están tan mal colocados, como mal hechos los labios.

Dedos enlazados. Veo a los perdidos y me pregunto, ¿cuándo se han encontrado? Que quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo, que yo me sabía de memoria el significado de la palabra tiempo.

Ahora las nubes están mirando, los árboles han sido testigos privilegiados y los pájaros llevan un rato comentándolo…

ríanse si quieren estúpidos desalmados… pero yo le hablé osadamente y ella, para mi agonía, respondió con palabras de alegría.

Idas y venidas, la esperanza nunca se había abandonado, él ha encontrado su momento y ella lo coge de la mano.

Antes el tiempo que corría ahora yace parado. Su sonrisa ha cambiado y sus ojos… iluminados.

Señor, quisiera saber quién fue el loco que inventó el beso y darle mil gracias por eso…

un refugio… un beso…

Ninguno quiere que termine, pero ya ha acabado, desenlazan sus manos, sus labios se han tocado,

durante un rato se han saludado y en la despedida el regusto les ha quedado.

Bienaventurado el hombre que no espera nada, porque nunca será decepcionado, pero Inma…

en un beso, sabrás todo lo que he callado.

Siempre hay alguien que besa y otro que permite ser besado, y yo solo

obedezco al niño de mi interior, al niño triste y desolado, al niño que patalea porque no puede estar a tu lado.

?